domingo, enero 17, 2010

NO MODELAR


No solo los que nos dedicamos a profesiones que tienen que ver con las personas tenemos la tentación de querer hacerlas de una determinada manera. Todos podemos caer en el vicio en nuestras relaciones sociales de juzgar más o menos con dureza a los que no son o no piensan como nosotros. Hay que un ejercicio de humildad, de respeto a los demás, de valorar profundamente lo que cada uno es y de ayudarle -si es preciso- a mejorar en ese aspecto objetivamente que no acaba de ser bueno. Quizá lo primero que habrá que hacer es que el sujeto lo entienda. Distinguir entre el error, el mal, el defecto de carácter o de personalidad y lo que subjetivamente consideramos como negativo es todo un arte -en el sentido más profundo del termino- que no debemos descuidar.

4 comentarios:

josealberto dijo...

Que tentación tan grande es esa que cita en el post. Tal vez, mejor que modelar, lo nuestro sea perfilar, que aunque parezca que son lo mismo no lo son. Y a su vez, nosotros aprender de los otros, para así perfilarnos también. Hacer y dejar hacer en definitiva.

Me gusta y mucho el ritmo de los post. Como el AVE FENIX. SI SEÑOR.

SALUDOS

Alberto Portoles dijo...

¿Qué será que siempre sabes dar en el clavo? Pero no acabo de ver tampoco lo de perfilar. Con las personas no hay acciones desde fuera, todo lo que se puede hacer es sugerir, mostrar, indicar a dónde hay que mirar... Decía una persona muy santa: hay que conseguir que el alma quiera. Y con eso está dicho todo, ¿no te parece?

Manuel de Santiago dijo...

Ante tanta finura, me siento intruso. Audaz, no obstante, porque aprendo. "Que el alma quiera", ahí es nada. Esa "violencia" se ejerce respetando, acogiendo...
Alberto, no puedo seguir el ritmo que marcáis.
Un fuerte abrazo.

Alberto Portoles dijo...

Manolo, ¡claro que puedes seguir el ritmo! Todo lo contrario, tú sabes mucho de estos ritmos. ¡No nos dejes!