martes, septiembre 18, 2007

NO DEJAR A NADIE SOLO


He acabado una divertida pero extraña novela sobre unos suicidas. Todo es esperpéntico. Un decidido suicida se encuentra al ir a suicidarse con otro y se inicia una amistad, posponiendo el suicidio y además poniendo un extraño anuncio para tener noticia de todos los presunto suicidas que hay en ese momento y unirse entre ellos; vamos un club de suicidas en toda regla. Dudan en que alguien conteste, pero se encuentran con una avalancha de cartas. Copio textualmente las respuestas: "¿era cierto que no estaban solos en aquellos momentos de angustia? ¿Era eso cierto? ¿Podía alguien, aunque fuese un desconocido, ayudarles?

Es un grito de gente que piensa que esta sola. El suicida ha perdido toda esperanza y toda ilusión por vivir, se siente solo ante un mundo hostil y sin sentido.

Estaba en estas cuando alguien que sabe de intentos de suicidios, me dijo que le daba pereza vivir, pero que si seguía adelante es porque había mucha gente a su alrededor con ganas de ayudarle, que no se sentía solo.

No todos van a llegar al suicidio, pero hay mucha gente sola, aislada, incomprendida, sufriente, que está rogándonos silenciosamente para que nos fijemos en él, para que le echemos una mano, para que le tengamos en cuenta, para que le permitamos entrar en nuestro mundo y nosotros entremos en el suyo. Hay también mucha gente normal, que no llega a esos extremos pero que también necesita de nuestra sonrisa, nuestra atención, nuestro cariño y nuestra comprensión.