martes, mayo 06, 2008

COMPARTIR PENAS Y ALEGRIAS


Me enteraba de una buena persona que había sufrido un atraco y le habían dejado malherido. No quiso inquietar a su familia y con toda la buena voluntad del mundo y la emoción del momento no les comunicó ni les hizo participes de tan ingrato suceso. Pasaron unos pocos días y los familiares, casualmente, se enteraron a través de otras personas que habían presenciado el asalto.

En la familia todo debe ser común, alegrías y penas, porque todo es uno, todo se comparte y un dolor compartido es menos dolor y una alegría compartida es mucho más grande. Hay un reducto para la intimidad, pero todo lo que otros ven ya no es intimidad. Se comporte con quien es parte de mi.