viernes, julio 06, 2007

TATUAJES


Siempre me han admirado los tatuajes como algo exótico y primitivo. Nunca me haría uno, mi piel se merece algo más. Ahora leo la realidad de los "tatuados" en USA: unos 45 millones de estadounidenses llevan tatuajes. Más de siete millones lo lamentan. La moda de los tatuajes, que culminó en 2003 en aquel país parece que llega a su fin y lo que está de moda es lucir pieles limpias sin barroquismos de ningún tipo.

¿A qué se debe este cambio? Alegan que es una carga demasiado pesada llevar de por vida el nombre del novio o la novia, del equipo de preferido, del cantante con el que se soñaba; el dibujito que nos gustó y que ahora se nos hace insoportable y no nos trae buenos recuerdos.

Ya sólo les queda la lamentación o el ocultamiento de la miseria momentánea, o bien ponerse en manos de una costosa operación, ya que parece ser que cuesta 39 dólares por pulgada cuadrada la limpieza del tatuaje.

Pero aquí no acaba todo, ahora se trata de acudir a tatuajes temporales que con el paso del tiempo se podrán desintegrar con rayos laser de un tipo especial. No han dicho lo que cuesta pero se abre un nuevo negocio: tatuar, limpiar, tatuar, limpiar,.... No está mal.

Pero el problema es mucho más amplio y profundo ya que es la cuestión de la moda. Sacrificarse por la moda, dejar de ser nosotros para hacernos moda. Aquí si que hay un buen tema educativo: ayudar a cada uno a ser lo que es y no lo que otros quieren que sea.
La moda es algo externo, si es verdad, pero denota algo más. No somos cuerpo, pero la corporalidad en todas sus expresiones es manifestación de lo que somos.

6 comentarios:

caminante dijo...

Alberto, mi comentario mañanero, en este lunes fresquito, claro y lleno de promesas, quiere ser un pequeño regalo. Para quien lo acepte. No hay regalo mientras alguien no lo hace suyo.
Las tatuajes, me parece, son com los GRAFITTI. Lenguaje propio de adolescentes. Y ya sabemos lo que sucede cuando un adolescente grita "eterno" o escribe con tinta "imborrable".
Edifiquemos sobre lo permanente, sobre lo que no pasa. Difícilmente uno se aburre, se cansa de una puesta de sol, de un buen poema, de un cuadro clásico, de una buena múcsica...
Un fortísimo abrazo.

Alberto Portoles dijo...

Caminante, gracias, pero has pasado de puntillas sobre el asunto. No me basta que me digas que son lenguaje de adolescentes, sino todo lo que ese fenómeno significa y toda esa sociedad que lo mantiene y vive de ello. anímate y lánzate más con tus opiniones

Anónimo dijo...

Acabo de llegar de una declaración en la que el declarante tenía el brazo tatuado entre otras cosas con algo que parecía el alfabeto chino y unas letras, todo con estilo punzante, me llamó la atención y pensé desde luego cada uno como se define a si mismo ( era un tipo violento, y no le pegaría nada tener una rosa tatuada). Supongo que unos se tatúan (los que más, cuando son tatuajes grandes) para llamar la atención, otros por superficialidad, a otros le parece que queda bonito, y en fin en el fondo nos dejamos manipular por la moda -lo que un día se lleva al poco tiempo deja de llevarse e incluso parece horrendo, y ello para mejorar la economía de ciertos personajes que son en el fondo los últimos beneficiados.

caminante dijo...

Alberto, temo no responder a lo que me pides. Pero ahí va.
No creo que recuerdes -eres muy joven- una pelicula de los años sesenta: "Del Rosa al amarillo". Dos adolescentes se prometen amor eterno al comienzo de las vacaciones. Cuando llega septiembre...¡¡¡la desilusión!!! El amor eterno se había esfumado. Me parecde que hay mucho adolescente suelto. No han crecido, no han madurado, nada lleban dentro. Son espejismos engañosos. Y han de vestirse de fantasía, de lo que quieren ser... porque no lo son. Les revienta "ser". Qieren "estar". El estar es transeunte. Y cansa, aburre. Y hay que correr detrás de lo que huye.
Creo que resume lo que quiero decir un pensamiento de un autor -no recuerdo bien su nombre- que definía a las gentes de los sesenta como seres que corrían desaforadamente hacia ningún sitio. Eran los años de la mochila, los pies ligeros y la carretera por meta.
Lo que realmente importa va escondido en el hondón del alma. Alí surge la fuente de aguas claras, frescas, que convierten el erial en vergel. Necesario es ser manantial.
Un fortísimo abrazo.

hna. josefina dijo...

Hola!
Nunca había venido. Me gusta lo que miré de tu blog. Gracias!
A mí me impresiona mucho el que, en las cosas importantes, hoy no nos animamos a tomar decisiones definitivas. Y en cambio, en trivialidades, lo hacen tantos sin dudar.
Saludos!

Alberto Portoles dijo...

Hna Josefina: bien venida. Hay mucha razón en lo que comentas, lo importante es trivializado y lo trivial se eleva a unas categorías absolutas. Falta evidentemente un norte, una referencia y nos encontramos con unos adolescentes permanentes.