domingo, abril 11, 2010

LA PAELLA

Hoy por fin nos hemos reunido la familia para hacer una paella. Hemos seguido al pie de la letra la experiencia  valenciana con algunas sugerencias madrileñas. Lo que no estaba previsto es que las dos manecillas que regulan la cantidad de gas que se quema y arde estuvieran rotas y solo funcionaran con el fuego al máximo. Hemos salvado la situación como hemos podido y no ha sobrado nada.
Me ha venido a la cabeza que muchas veces estropeamos las cosas no porque no tengamos razón, sino porque llevados por la fogosidad -demasiada fogosidad-, por la vehemencia -demasiada vehemencia- no respetamos a los demás y queremos imponernos de una manera que no es la razonable.
Moderación, mesura, respeto son cualidades de una buena comunicación que deben estar unidas al saber escuchar con atención las razones de los otros.
Gracias Paella por ayudarnos no solo a pasar un buen rato.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Nunca había visto una paella desde esa óptica, realmente se puede aprender de todo aquello que nos rodea.En cuanto a sobre como comunicarnos y escuchar a los demás, supongo que deberíamos empezar por dejar de vernos como el ombligo del mundo y de eschucharnos únicamente a nosotros mismos.Lo digo por experiencia propia

Anónimo dijo...

Y SI ADEMAS TIENEN BUEN DIENTE, ES QUE NO PUDO QUEDAR NI UN ARROZ!
SE QUE A VECES CUESTA UN RIÑON, PERO NO SE PUEDE(NO SE DEBE) IR AVASALLANDO POR LA VIDA; RESPETO ANTE TODO. LAS COSAS HECHAS CON TIEMPO, A FUEGO LENTO, SALEN/SABEN INCOMPARABLEMENTE MEJOR. AUNQUE A VECES NOS TENGAMOS QUE COMER ALGUNA PAELLA CON EL ARROZ PASADO.
CARMEN