viernes, junio 02, 2006

INTELECTUALES, ARTISTAS Y SANTOS


Escuché la siguiente cita de Maggie Gallagher, presidente del Institute for Marriage and Public Policy, que supongo que es uno de esos muchos organismos que intentar ayudarnos en algún sector concreto:
“A la postre, los debates los ganan los intelectuales, los artistas y los santos. Personas que persuaden con la razón; personas que despiertan sentimientos y personas que con su comportamiento nos mueven a imitarlos y adoptar sus ideas”.
No tiene desperdicio y estoy totalmente de acuerdo con ella. En los tres casos hay un cultivo personal, no basta ser inteligente para ser intelectual y no basta ser una persona con sensibilidad artística y talento para ser un artista. En el caso del santo no basta con tener fe, unas creencias firmemente arraigadas.
¿Con quién me quedo? Evidentemente con el santo, aunque sea el camino más arduo, ya que el santo da la vida, en el santo el ideal es vida. No es que el santo se haga a base de puro esfuerzo, más bien diría yo que el santo no tiene esa sensación, el santo se deja llevar… El santo se hace a base de amor, es el amor el que le lleva al sacrificio sin límite, a vivir el camino que desde fuera parece muy arduo, aunque para él es normalidad de existencia. En el santo está tan enraizada su entrega, es tan natural su darse, tiene tanta sencillez en su declaración, su discurso es tan asequible, que a su paso transforma, no convence como puede hacer el intelectual, arrastra. La huella del santo además es perdurable, es huella que ya entra en la eternidad.

2 comentarios:

caminante dijo...

Los santos, caro Alberto, son los que de veras cambian el mundo.
Acaso no tienen la ciencia de esta tierra, pero poseen la sabiduría que penetra el por qué y el para qué de las cosas.
Son veneros de agua cristialina que purifica las aguas muertas del mar del mundo.
Saben con el saber que brota de la Fuente. Fuente que es Don de Dios y Fruto de la Cruz.
Un fortísimo abrazo.

Alberto Portoles dijo...

Estoy totalmente de acuerdo, ¿qué sería de nosotros sin ellos? o ¿qué habría sido de nosotros sin ellos.