sábado, junio 05, 2010

COMO NIÑOS

Una persona a la que mucho quiero me escribe lo siguiente: El otro día iba yo cerquita de tu casa y me cruce con una madre y su niño pequeño en su cochecito. El niño llevaba en la mano una flor blanca (campanilla vulgar blanca).
Le pregunté a su madre: -¿Mami cómo se llama esta flor?
Y la madre le contestó: -Flor blanca.
-Flor blanca, ¡Qué nombre tan raro, mami!, flor blanca.

A mí me hizo pensar en la inocencia del niño, en su fe, en su admiración por lo más vulgar... Y aunque tengamos 100 años, no pasemos de los cinco..., no seamos resabiados, np queramos saberlo todo, admirémonos de las personas y de las cosas.

Yo lo único que hago es transcribirlo con agradecimiento y poner otras flores humildes, un brote de cantueso al borde de una carretera.

6 comentarios:

berta dijo...

Que alegria leerte despues de cinco semanas casi, gracias por las sencillas y hermosas flores de cantueso,dejame compartir contigo la alegria de ver que le han brotado ya unos diminutitos nopalitos a un nopal que plante hace como un mes, estoy feliz y le hago cariños...Bendiciones

Alberto Portoles dijo...

Berta, muchas gracias. Deben de ser bellísimos los nopalitos. Ahora toda la naturaleza está de fiesta cantando a su creador

Juan Luis dijo...

Dios mío que grande es mi ignorancia... y mira que me gusta la botánica, en fin, gracias Señor... la imperfección (bien entendida) es el mejor camino para la humildad.
Es un post muy Teresita de Lisieux, y no podía ser menos... Me encanta!
Gracias.
En Roma va a suceder algo grande.

Alberto Portoles dijo...

LOBO. Por fin te veo aparecer de nuevo por aquí. Ha sido una alegría. Todos los pensamientos que salen desde el fondo del corazón tienen ese aire de Teresita, es decir de lo auténtico que siempre es cosa de niños. Esperaremos a Roma con mucha ilusión

Anónimo dijo...

BIENVENIDO!!!!!
OJALA QUE NUNCA, N-U-N-C-A, PERDAMOS ESA CAPACIDAD DE ADMIRACIÓN, DE SORPRESA, DE SOÑAR. QUE NUNCA AHOGUEMOS EN NUESTRA ADULTEZ A ESE PETER PAN QUE TODOS LLEVAMOS DENTRO.
CARMEN

Alberto Portoles dijo...

Carmen. Gracias y continuemos luchando para ser como niños, que es lo que nos hace grandes.