lunes, agosto 27, 2007

PUEBLOS BLANCOS Y PINTADAS


Acabo de volver de Andalucía. Sus pueblos blancos en los que sol se recrea con sus luces y sus sombras es una de sus muchas atracciones.
Dan sensación de limpieza, de pureza. Y con ella, de paz, porque lo limpio -por fuera y por dentro- engendra paz.
Pasas por ellos pegado a las paredes porque el sol no se apiada de tu lenta marcha de turista admirador, pero tienes buen cuidado de no manchar nada.
Cuando los abandonas te vuelves a mirar su blancura porque no quisieras olvidarte de ella.
Para mi, son toda una invitación para que nuestra vida, nuestros pensamientos, nuestros deseos, nuestro obrar, sea limpio, recto, sincero, para que no manchemos las paredes de nuestra existencia.
A la vuelta y ya llegando a Madrid aparecen y se van sucediendo las pintadas en muros y vallas. No hay espacio que no haya sido emborronado por unos supuestos artistas anónimos y callejeros.
Todo el encanto anterior se desvanece y nace un sentimiento de dolor, de amargura que nos recuerda que el hombre aunque es mucha su dignidad también es mucha su capacidad de abajarse, de hundirse, de mancharse, de ocultar lo bueno de muchas maneras sórdidas

9 comentarios:

haciendo camino dijo...

Muy bueno el post.
La verdad es que muchas veces el hombre se deja influenciar por lo exterior de sus semejantes y al mismo tiempo se esta manchando por dentro.
Seamos todos como esos pueblos de los que nos habla, sin dejarnos manchar por los demás decidiendo por nosotros mismos.
Un saludo espero que nos veamos pronto.

Alberto Portoles dijo...

Haciendo camino. Estupendo lo que dices, pero lo exterior en el hombre es siempre un reflejo de lo interior; nada hay en el hombre que le manche que no sea porque él interiormente ha querido. Espero vernos pronto

haciendo camino dijo...

En eso estoy totalmente de acuerdo.
Un saludo

haciendo camino dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
caminante dijo...

Albert, el sol calienta tus huesos. la blancura ilumina tu espíritu. Y tus raíces hondas, de España profunda y mora, revientan en brotes de esperaanza.
No justifioo las pintadas.
A veces son gritos de amor que necesita gritar -el amor no soporta el silencio- a todo el que pasa, con deseo de eternidad, lo que va en lo profundo del alma.
Un fortísimo abrazo.

Alberto Portoles dijo...

Caminante, la vena poética te traiciona y hace salir todo lo bueno que tienes dentro. Gracias

Jose Menchon dijo...

Hola, en mi blog te he premiado con un THINKINK. gracias por hacer pensar. Si quieres continuar el juego visitame.

Anónimo dijo...

Solo un matiz a todo lo que ha cometado, con lo que sin duda estoy de acuerdo, el matiz viene a modo de refrán, un poco basto pero muy gráfico, espero que me disculpe ( buf estoy a punto de no atreverme a escribirlo a la vista de la "vena poética" de alguno de los comentarios), bueno como diría un amigo mío alá vai: "planta fora... merda na casa". Un saludo

Alberto Portoles dijo...

Belén, estoy de acuerdo con el refrán. En castellano sería: "los trapos sucios se lavan en casa", en galego tiene una fuerza especial, pero añade un matiz que no me gusta y es que incita a dar el pego, a aparentar una virtud que no existe. Prefiero el que no parenta y a las claras muestra sus miserias que el que intenta disimular esas miserias con todo tipo de flores.