lunes, octubre 01, 2007

MAS SOBRE NO DEJAR SOLO A NADIE


"No se portó demasiado bien conmigo. Sé que no fue en absoluto por mala voluntad, sino por una incapacidad emocional grande (desconocida para él), y por una ignorancia literal al respecto de lo que significa el estupor del alma ante las preguntas sin respuestas, o con respuestas que luego se revelan falsas"
Así me escribe un amigo, contestando a la información de otro que hace años que no veía. Y me ha sorprendido mucho porque ambos son unas personas maravillosas, trabajadoras, educadas, generosas. Sin embargo hay uno -el que escribe que es persona exquisitamente sensible- que se sintió solo, incomprendido, aunque admite que el otro no tuvo mala voluntad.
De dos cosas se queja: incapacidad emocional para comprender, para situarse en la otra persona y sentirse "timado" ante preguntas sin respuestas o respuestas que no son verdaderas total o parcialmente, es decir, falta de sinceridad en las relaciones.
No dejaremos solos a nadie si sabemos entenderle emocionalmente y si somos sinceros totalmente en nuestra relación.
Buena lección

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Vamos por la vida demasiado de prisa.Con nuestros quehaceres,nuestros trabajos,nuestros problemas,
nuestros,nuestros.....y no nos damos cuenta de los que tenemos alado .Nos sobran los "nuetros"y nos faltan los "sus".Ayer leei un blog llamado"conversando contigo"que resume muy bien lo de su blog
"LA CIDA ES CONO UN TREN EN EL QUE VIAJAMOS.nUNCA VAOMOS SOLO ,SIEMPRE HAY ALGUIEN ,SIEMPRE HAY UN TU,UN YO,UN NOSOTROS.
VIVIMOS LA VIDA CONVERSANDO,POR ESO ES NECESARIO ,SABER ESCUCHAR,SABER COMPRENDER,SABER AMAR.pARASABER DECIRLE AL OTRO LO QUE ESPERA OIR,LO QUE NECESITA OIR.
PILAR

tchi dijo...

La lealtad cuenta mucho.

Lecciones de vida, sí.

caminante dijo...

Alberto amigo, de regreso de la soledad silente de la sierra, me encuentro con este nuevo post sobre la soledad. Adrede he dicho lo de la "soledad silente". Esta soledad enriquece, rellena los graneros del alma.
Tú hablas de otra soledad. La que brota de quien no encuentra eco en los que le rodean.
Creo que la solución pasa, al menos en gran parte, por ser el otro, sin perder la propia riqueza. Sólo dándose, el otro se encuentra y la soledad se esfuma.
Un fortísimo abrazo.

Anónimo dijo...

Que gusto volver a la blogsfera y ver que no estoy solo. La comunidad habitual de este blog, poco a poco tras el descanso estival vuelve por sus fueros.
A seguir aunando esfuerzos, para superar egoísmos y preocuparnos por el otro.
GRACIAS D. ALBERTO

Anónimo dijo...

Cuando tenemos el "síndrome de calimero" nos parece que nos tienen que hacer el "rendibú"
Cuando nos colocamos en la piel de los que están alrededor y pendientes de sus cosas, se nos marcha "el síndrome de calimero".
Pero que fácil la teoría y que difícil la práctica. Un saludo