Desde septiembre me he traslado a Madrid. Dicen que he vuelto a los orígenes. Estos nuevos aires todavía no han llegado a captarme, a llenar mi corazón. Todavía no se volar en ellos. Tampoco hay maestros del vuelo aquí, todo hay que aprenderlo a solas, sin mucho apoyo.
Cuando las alas ya pesan se hace difícil aprender a volar de nuevo, pero hay que hacerlo.
Añoro los otros aires, familiares, cariñosos, entrañables, donde no eres un extraño. Extraño la ausencia de sus olores y de sus vientos mojados.
5 comentarios:
Alberto, qué alegría reencontrarte. Y con ánimos de permanencia. ¡¡¡¡Vala la pena!!!! Siempre hay quien recala y, en la quietud del puerto, remoza el alma. No dejes de escribir. Los Blogs son los nuevos areópagos donde muchos van a oir. Y lo necesitan.
Tus palabras destilan nostalgia, no sólo del terruño, sino de las gentes. Y enseñan -perla de oro esta enseñanza- el valor imperecedero de la amistad. No dejemos nunca sólo a nadie. Caminemos sin prisa, abramos el corazón.
Un fuerte abrazo.
Manolo, gracias. Me escribe mi hermana un email porque no quiere dejar comentarios aquí, que desea que enseguida me adapta y quiera estos aires y que no recuerde a otros: eso es imposible, precisamente por lo que tu dices: el valor imperecedero de la amistad.
Don ALBERTO QUE ALEGRÍA!!!! Verlo, leerlo en la blogsfera. Por favor quédese en el cyber -spacio y no se vaya. Veo que hay mucha altura en la capital. Menudo post, yo por que lo escribe usted, si no diría que lo firmo Richard Bach como preludio a JUAN SALVADOR GAVIOTA.
Don ALBERTO UN ABRAZO!!!! y FELICIDADES.
Alby, siempre tan generoso en tus calificaciones. La altura es con la que tu ves las cosas.
Where is jumentillo?
Bueno, nunca es tarde si la dicha es buena... omnia in bonum!
Yo ya veo brotar los frutos del ocultarse y desaparecer... Deo omnis gloria!
Gracias, por su lucha... a mí me sigue enriqueciendo.
Además, quien dijo que Madrid queda tan lejos...
Happy and Holy 2.010!
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