Donald Kuspit ha escrito un libro que se llama “El fin del arte” y en el que intenta explicar el arte moderno y contemporáneo desde un visión psicológica. Me interesa solamente la anécdota ocurrida en Nueva York con la que arranca el libro y que es la siguiente: El artista británico Damien Hirst montó una “obra de arte” en
Me ha parecido que vendría bien traeros esto a colación porque va muy en la línea del título del blog. ¿no os parece que habría que poner en nuestra vida cosas, ocasiones, momentos, personas que objetivamente fueran valiosos y que se conservaran para siempre?
3 comentarios:
Caro amigo: te copio lo que Santa Teresa decía. Me parece que puede servir de comentario: "Si le volvemos las espaldas y nos vamos tristes, como el joven del Evangelio, ¿qué queréis que haga su Majestad que ha de dar premio conforme al amor que tenemos?".
El Amor hace que nuestra vida no sea una obra inútil. Hace que tenga peso.
Un fortísimo abarzo.
A mí lo que me viene a la mente es que tendríamos que ser como el limpiador... aunque respetemos profundamente a los autores de "tamañas obras de arte"
Estoy totalmente de acuerdo contigo. Un asunto que me parece interesante es el de ser realistas y sinceros para no pensar que es "arte" todo lo que hacemos y además dejarnos ayudar, es decir intentar vernos desdee otras perspectivas no tan cerradas como las nuestras.
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