En el Evangelio dos hermanas llenas de fe y de amor a Jesucristo le echan en cara que su hermano -Lázaro- ha muerto porque él no estaba presente.
En la sociedad actual todos somos capaces de descubrir sombras entre patentes luces. Hay muchas realidades muertas, algunas empezando a morir, otras en proceso mal oloroso de descomposición. No podemos negar la catastrófica situación de la familia, la libertad prostituida que no va hacia lo objetivamente bueno, la juventud sin unos valores claros, definidos y objetivos. Una institución matrimonial que si los habitantes de Sodoma y Gomorra la pudieran contemplar se asustarían y a lo mejor dirían: -nosotros no queríamos llegar tan lejos. Una cultura manifiestamente anticristiana que respeta al Islam o al judaísmo para poder atacar a la Iglesia Católica y que lógicamente no le importa nada de nuestros hermanos protestantes u ortodoxos porque no tienen las pretensiones de los católicos. Y la lista podría continuar pero no aportaría nada nuevo.
Es una realidad postcristiana -dicen- porque el cristianismo ya pasó. Sin embargo, en el relato evangélico Jesús viene al lugar de muerte para devolver la vida. Lo que le mueve es el amor a esas hermanas y lo que le mueve ahora es el amor a los hombres. Tenemos que dar razón de nuestra fe y razón de nuestra esperanza y con amplio optimismo seguir presentes en las realidades sociales que Cristo no abandona nunca a los suyos.
Si hubieras estado aquí… Ahora estoy aquí y el que estaba muerto de tres días, vive…. Si te dejáramos estar aquí…..
4 comentarios:
A veces tenemos tan interiorizada la historia de Jesús que parece como si fuera un relato más en nuestras vidas, pero no lo que en realidad es. Lo que nos da la vida.
Querido Anónimo: siento no poder identificarte para agradecerte lo que dices, pero en efecto, Jesús nos da la vida, nos da todo lo que somos. No te digo lo que tenemos porque aunque también intervenga ahí, no tiene gran importancia, sino lo que somos, que ahí es donde se juega lo importante.
Si te dejáramos estar aquí….. certamente viveriamos ressuscitados.
Bonito texto.
Voltarei certamente mais vezes.
Um abraço.
Leonel
Leonel: Esa es la clave, dejarle estar aquí; no echarle nunca, ver en él la única fuente que nunca cesa.
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