lunes, mayo 15, 2006

DEJARSE ACONSEJAR


Muchas veces he subido por un camino estrecho, en el que el coche malamente cabe y que supone estar muy atentos por si sale algún viandante. La sesnsación ha sido siempre de fealdad. Ayer me invitaron a dar un paseo y el primer trato era bajar ese mismo camino estrecho, fe y sucio. Después de mi resistencia inicial pudo más la concordia y acepté el bajar.
Descubrí algo absolutamente nuevo, era una bajada bonita, con unas casitas de aldea simpáticas y sobre todo descubrí el Pazo que lo flanqueaba, con un nicho en su portalón con una azulejo antiguo de la Divina Pastora.
Hay que dejarse guiar, hay que dejarse conducir, descubrir a la gente honrada, buena, desinteresada que tenemos junto a nosotros: siempre nos enseñarán cosas nuevas, buenas, bellas.
No es falta de personalidad dejarse llevar, no es abdicar de nuestra libertad, es sencillamente reconocer que soy limitado, parcial y que otros -también limitados- me pueden enseñar a ver y a verme mejor.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

La verdad es que creo que desgraciadamente, en esta época sólo nos guiamos por lo que nosotros pensamos, pero nunca aceptamos que lo que nos dicen las personas que tenemos a nuestro alrededor es para ayudarnos.

Anónimo dijo...

si pero ¿ cómo entederlo cuando estamos ofuscados?

Alberto Portoles dijo...

En los momentos de ofuscación no se es capaz de nada. Y aquí llegamos a un punto importante: el dominio de nosotros mismos. Somos muy celosos de nuestra libertad y nos rebelamos cuando alguien nos quiere manejar desde fuera o no nos dejan expresar nuestra vida plenamente, sin embargo no somos conscientes y no damos tanta importancia a esa pérdida de la libertad que es dejarnos llevar por las pasiones, por lo que con eufemismo llamamos nuestro caracter, cuando realmente es la falta de caracter