
No sé, pero siempre me encuentro con alguien que pone un post y firma "anónimo". Peor son los que entran en el blog, leen, sonrien, aplauden o pitan y se van sigilósamente sin que nadie sepa de ellos.
¿Qué hacemos con estas personas?
Me dicen: -respeta su libertad.
-Hombre, sí, pero no sé que tiene que ver esto con respetar su libertad. Sólo quiero animarles a que no tengan miedo a dar la cara.
A los que no dejan huella les digo: cuesta escribir esto, ayudaría que alguien dijera: -mira, déjalo, no merece la pena que escribas estas tonterías. Sería un buen amigo. O que otro te dijera: -mira, esta bien, pero no estoy de acuerdo, por esto y por esto. También ayudaría. O que te escribiera alguien: -Me ha ayudado lo que has escrito. Esto ya sería demasiè.
¿Y el anonimo? Pues que pase por la pila bautismal, que no tenga miedo a llamarse de alguna manera, que no se escude en el anonimato -tan traído y tan llevado de Internet- y que pase al mundo de los vivos donde hay que luchar todos los días y hasta sacara tiempo para escribir estos comentarios. Ánimo ánonimos, poneos nombre
¿Y si el anónimo no sabe como poner su nombre? Que lo diga, que lo diga, que le ayudaremos. De verdad.