
Acabo de hacer el Camino del Norte. Ya van cuatro veces que hago el Camino y espero que las circunstancias me permitan seguir haciéndolo. Han sido días duros en los que la lluvia se ha ocupado de dar un acento trágico en algunos momentos, pero al fin el Monte do Gozo ha recuperado nuestra esperanza perdida por momentos.
En el Camino los Monolitos o Mojones te van sacando de apuros cuando te encuentras perdido, o estás en nuna encrucijada. En la vida pasa lo mismo, hay monolitos, mojones que te ayudan a no perderte: Dios el primero -aunque a muchos les cueste admitirlo, sobre todo los que van perdidos, errantes-, amigos, personas queridísimas que de un modo desinteresado salen al paso en tu camino,... si no fuera por ellos cuantas veces perderíamos el rumbo. Todo caminante tiene que ser humilde y dejarse aconsejar. Hay desalmados que piensan que eso no es bueno, que resta libertad, que uno tiene que ser libre totalmente hasta en esto, el consejo esclaviza, dicen.
Parece que en el Camino también hay desalmados que no quieren mojones y a lo largo del recorrido los encuentras destrozados, machacados, rotos, o con algún elemento desaparecido, como en la foto, donde han sustraído el número de kilómetros que faltan para Santiago. Es una pena que haya personas así, pero las hay..., o como diríamos aquí "haberlas hailas"