
"Va de víctima por la vida". Así describía una persona a otra que no desaprovechaba la oportunidad de hablar de sus cansancios, sus numerosísimas tareas, sus males físicos, indirectamente su entrega a ciertos trabajos, etc. No me cupo la menor duda de que el victimismo es un tipo de vanidad y una forma más de manipular y controlar los sentimientos de los demás. Y es que hay un tipo de personas a las que les cuesta estar en el ambiente sin dominarlo, sin dirigirlo, sin dejar que las cosas y las personas crezcan y se desarrollen sin pedirles permiso o sin su ayuda aplastante. Al lado de personalidades así no se crece porque el oxígeno vital es muy escaso y está controlado.