martes, agosto 08, 2006

SER POSITVOS


Señora Erlynne: ... Cuando los hombres renuncian a decir cosas amables, dejan de pensar cosas amables.
Oscar Wilde El abanico de Lady Windermere. Acto segundo

Wilde es una fuente inagotable. ¡Qué gran verdad! En la convivencia diaria, en la vida familiar, en el trabajo, hay que poner todo el esfuerzo del mundo para ser amables y para decir únicamente cosas amables. "Cuando no puedes alabar, cállate" -cuantas veces he recordado y pensado en estas palabras los últimos días- Pero que dificil es. Da la sensación que, aunque no sea con mala intención, muchos hombres tenemos la tendencia a resaltar aspectos negativos de las cosas, de los lugares, de las personas. Sería muy bueno que tuviéramos el suficiente dominio, la suficiente práctica para decir cosas que agraden a los demás, que les hagan la vida más llevadera. No se trata de vivir en un ambiente flojo, sentimentaloide, pero sí de decir las cosas de manera que dejen siempre un buen sabor de boca a los que las dicen y a los que las oyen.
No renunciar a decir cosas amables, luchar para decir cosas amables. Huir de dejar de pensar cosas amables de todos, de saber hasta ver los defectos de los demás con sentido positivo.
Importante para la amistad, para la vida de pareja, para educar a los hijos...

viernes, agosto 04, 2006

EL DOLOR Y EL AMOR


Una vez, cuando tenía nueve años, me dolía tanto ver a Nate sufrir, que mi deseo fue coger una parte de su dolor y sufrirla yo. Le pregunté a nanna por qué no se podía compartir el dolor. El me dijo:
-Si se pudiera compartir el dolor de los demás, los papás y las mamás de todo el mundo morirían, porque cogerían todo el dolor de sus hijos y lo sufrirían ellos.

Amulyn Malladi
La estación de los aromas


Bonita cita. Nos recuerda a los auténticos padres. Nos habla del amor del padre y de la madre, que es de los amores más profundos, tanto que cuando Dios nos quiere explicar a los hombres como nos ama nos dice que es Padre (tampoco habría que olvidar que el otro ejemplo que pone la Escritura para hacernos entender el amor de Dios es el esponsal). Sin embargo, la respuesta dada a la niña no es completa, porque el dolor si se puede compartir. De hecho existe en castellano (también la hay en otras lenguas) la palabra compadecerse, que es eso: "padecer con", compartir el dolor.
Los que aman comparten todo y sobre todo comparten el dolor. La alegría, la felicidad, es facil de compartir, el dolor es realmente lo dificil y realmente es "la piedra de toque del amor" como esplicaba uno de los santos de nuestros días.
Cuando el amor no es auténtico, cuando no pasa del mero sentimiento (y por lo tanto es fugaz y quizá ni se puede calificar de amor) ante el dolor desaparece, no queda nada.
En épocas egoístas los matrimonios son fugaces (no hay amor), la amistad es muy poco duradera y cambiante (no hay amor) se abandona a los ancianos y a los enfermos (no hay amor).