miércoles, junio 21, 2006

LO QUE SOY



Felices o desgraciados, los acontecimientos extraordinarios no cambian el alma de un hombre, sino que la precisan, como un golpe de viento que se lleva las hojas muertas y deja al desnudo la forma de un árbol; sacan a la luz lo que permanecía en la oscuridad y empujan el espíritu en la dirección en que seguirá creciendo. Irène Némirovsky, Suite Francesa.

¡Cómo me ha gustado eso de que los acontecimientos precisan el alma de un hombre! Es verdad, hay situaciones diarias, normales, que nos ocultan nuestra propia alma tanto a nosotros como a los demás: es muy dificil conocerse, valorarse con exactitud. A veces pensamos que somos excelentes en algo y no pasamos de ser normales o hasta mediocres y tenemos otras características, que si que son excepcionales -de excepción, que no abundan- y las ignoramos. Cuando llegan las dificultades, los problemas, todo lo ficticio, lo aparente, lo superficial, cae y solo queda lo que estaba firmemente arraigado, lo que constituía el auténtico yo. Esto es patente en el terreno de la fe y la práctica religiosa. La superficialidad emocional, el ritualismo esteril y externo no aguanta. Hay otra cosa que hace que se precise el alma: el tiempo. ¡Cuántas ilusiones, cuántos motores, caen con el tiempo! Esto es también patente en las relaciones sociales, de pareja, de trabajo, de amistad: solo el tiempo acrisola y precisa sentimientos y como dice Nemirovsky empuja al espíritu en la dirección que seguirá creciendo.

domingo, junio 11, 2006

El Poder, los Tontos y la Corrupción


Power does not corrupt men; fools, however,
if they get into a position of power, corrupt power.
George Bernard Shaw

No hay nadie más corrupto que los tontos. Quiero entender como tontos, los vanidosos, los prepotentes, los dictadores exclusivistas, los que solo tienen en su corazón rencor partidista. Así tiene mucho sentido la cita. Conozco a una persona que se dedicó a proclamar en términos lastimeros por todos los lugares que no quería poder, que no quería gobierno, que no quería que nadie se fijara en él. Cuando al cabo del tiempo, alguien al que también se le puede aplicar la cita, -por miedo, cobardía o dejadez- lo puso de nuevo en posición de gobierno, se aprestó a buscar a sus leales súbditos esclavizados y mediocres para ocupar las migajas de gobierno servil que les ofreció. Su comentario –contrastante con su cara de felicidad- fue: tendremos que sacrificarnos de nuevo para sacar esto adelante. Ya se cuidó mucho de no contar con nadie que pudiera hacerle sombra –y los había y muchos y buenos y hasta mejores que él ent odos los sentidos- y se preparó para aplicar un sórdido rodillo de forma que todo estuviera en sus manos. Bernad Shaw tenía razón: fools corrupt power.

viernes, junio 02, 2006

INTELECTUALES, ARTISTAS Y SANTOS


Escuché la siguiente cita de Maggie Gallagher, presidente del Institute for Marriage and Public Policy, que supongo que es uno de esos muchos organismos que intentar ayudarnos en algún sector concreto:
“A la postre, los debates los ganan los intelectuales, los artistas y los santos. Personas que persuaden con la razón; personas que despiertan sentimientos y personas que con su comportamiento nos mueven a imitarlos y adoptar sus ideas”.
No tiene desperdicio y estoy totalmente de acuerdo con ella. En los tres casos hay un cultivo personal, no basta ser inteligente para ser intelectual y no basta ser una persona con sensibilidad artística y talento para ser un artista. En el caso del santo no basta con tener fe, unas creencias firmemente arraigadas.
¿Con quién me quedo? Evidentemente con el santo, aunque sea el camino más arduo, ya que el santo da la vida, en el santo el ideal es vida. No es que el santo se haga a base de puro esfuerzo, más bien diría yo que el santo no tiene esa sensación, el santo se deja llevar… El santo se hace a base de amor, es el amor el que le lleva al sacrificio sin límite, a vivir el camino que desde fuera parece muy arduo, aunque para él es normalidad de existencia. En el santo está tan enraizada su entrega, es tan natural su darse, tiene tanta sencillez en su declaración, su discurso es tan asequible, que a su paso transforma, no convence como puede hacer el intelectual, arrastra. La huella del santo además es perdurable, es huella que ya entra en la eternidad.